Estoy realizando la visita pastoral a la comunidad de Santa Cruz de Tenerife y lo más importante son los gozos y dolores, la pascua, de los hermanos que están aquí: P. Javier, P. José Luis, Hno. Felipe, p. Julián, P. Ricardo, P. Miguel. Pero he encontrado en el camino dos perlas preciosas que han sido para mí una presencia alentadora y que quiero compartir con todos: el Carmelo Seglar y el Grupo Misionero.

El Carmelo Seglar es una pequña semilla, lo forman siete personas, entre las que hay dos matrimonios. Les acompaña el P. Miguel. Son pocos pero poseen un gran entusiasmo para vivir la vocación de carmelitas seglares en este tiempo. Son pocos pero se alegran de ser, junto con los frailes y las monjas que están en El Sauzal, parte viva de la Orden en esta Isla de Tenerife. Son pocos, pero su corazón es grande para abrazar a todos los que formamos la Provincia, especialmente a las comunidades de carmelitas seglares. El Espíritu sopla sobre esa pequeña brasa para que se convierta en una llama de amor. El Espíritu ahonda su tierra para que brote, pujante, la fuente de vida de la que muchos puedan beber.

El Grupo Misionero es otro regalo en esta comunidad. Son pocos, casi tendríamos que decir pocas, porque lo forman cuatro madres de familia y César, el joven paraguayo que sigue alimentando su deseo de volver a la Orden. Las cuatro madres, con hijos, pequeños en su mayoría, con múltiples ocupaciones porque tienen que atender a la familia y al trabajo, sacan tiempo para vivir la dimensión misionera y para alentar esta faceta fundamental en la comunidad parroquial. Anima el grupo el P. Javier. Las encontré preparando una vigilia misionera. ¡Qué alegría y qué estímulo el de este grupo para que todos entreguemos la vida con alegría! Ellos, desde esta Isla, alientan a nuestros misioneros (ISAMIS, comunidad de carmelitas de Reyes...), despiertan en todos los que formamos la Provincia el entusiasmo para anunciar a Jesús al mundo de hoy.

Hay otros grupos en la parroquia -cada uno de ellos aporta su belleza a la vidriera multicolor de la comunidad parroquial-, hay muchos niños que aprenden, celebran y oran en la catequesis, hay algunos jóvenes que quieren confirmar su fe, hay unas ochocientas personas que participan en las eucaristías de cada domingo. Hay vida aquí; quieren que haya más vida, porque Jesús está en el centro y la da con plenitud.

En el día del Bautismo del Señor os regalo a todos esta preciosa postal de nuestra comunidad de Tenerife, que está en camino. Pedro, provincial.