El Burgo de Osma y los pueblos de alrededor no se explican sin la presencia de la Virgen del Carmen. Que haya más de ochocientos cofrades y más de cien hermanos y hermanas mayores de la Virgen del Monte Carmelo, ya dice mucho. La Virgen del Carmen forma parte del paisaje de estas tierras sorianas, hasta tal punto su presencia amorosa se ha hecho vida del pueblo, esperanza para el camino. Durante los días previos a la novena, el P. José Manuel, arropado por la comunidad, ha organizado cuatro conferencias que han puesto de relieve la bellísima historia de amor entre la zona de El Burgo y la Virgen del Carmen y han sacado a la luz el deseo, que siempre es antesala de encuentros. Ayer por la noche, Maruja, la que tanto mira a la Virgen del Carmen porque se sabe agraciada por la mirada siempre luminosa de la Madre del Escapulario, embellecía el altar de la Virgen con flores de espléndida belleza. Todo esto era como una preparación para la Novena, que ya empieza. En El Burgo de Osma una pequeña comunidad de frailes se prepara con todo el pueblo para la fiesta de la Virgen. Como en tantos lugares de la Provincia, también aquí se oye ya el rumor de la lluvia. Con la Virgen del Carmen siempre viene la alegría.