Gijón
DOMINGO 15 − B (11 y 12 de julio)
Entrada:
Este domingo, en el corazón de la novena a nuestra Madre del Carmen, vamos a fijar nuestra mirada en el mundo de las misiones carmelitas y de las vocaciones al Carmelo. Hagamos de ellos el centro de nuestra oración eucarística. Pongamos en manos de la Madre y sobre el altar del Señor a esos hijos suyos y hermanos nuestros que él ha enviado a extender su Evangelio donde aún no lo conocen, y pidámosle que envíe vocaciones generosas al Carmelo de María.
A ellos destinaremos también la colecta de hoy.
Petición de perdón:
Nos disponemos a celebrar esta Eucaristía pidiendo perdón al Señor por intercesión de nuestra Madre la Virgen.
*** Tú que enviaste a tu Hijo al mundo para sanarnos y para traernos la salvación, Señor ten piedad.
*** Tú que enviaste a los Doce y hoy nos envías a nosotros a extender la salvación, Cristo ten piedad.
*** Tú que nos mandas pedir al Padre más obreros para su mies, Señor ten piedad.
Dios, Padre bueno, enciende en nosotros el ardor misionero, perdona nuestros pecados y reúnenos un día en la vida eterna.
Lecturas:
En la segunda lectura, san Pablo entona un himno de acción de gracias a Dios porque nos ha elegido en Cristo, desde toda la eternidad, para ser hijos suyos y santos en su presencia. Pero esa riqueza no debemos guardarla en una caja fuerte. Él nos envía, como hizo con Amós y luego con los Doce, a sanear el mundo y llenárselo de hijos.
Oración de los fieles:
Por intercesión de nuestra Madre, la Virgen del Carmen, oremos con confianza a nuestro Padre Dios.
1.- Por la Iglesia: para que sea fiel a su misión de anunciar la Palabra de Jesús y sanar a quienes sufren en su cuerpo o en su alma, roguemos al Señor.
2.- Por todos los misioneros, en especial por los misioneros carmelitas: para que pongan en ello toda su ilusión y Dios haga fecundos sus esfuerzos, roguemos al Señor.
3.- Para que ninguna dificultad ni persecución sea capaz de desanimarlos ni de hacerlos aflojar en su entrega misionera, roguemos al Señor.
4.- Por nosotros: para que nunca los dejemos solos, sino que respaldemos su labor y sepamos también atraer a otros a la fe, roguemos al Señor.
5.- Para que el Señor suscite vocaciones al Carmelo y mande nuevos obreros a trabajar en su mies, roguemos al Señor.
Escucha, Padre, nuestras súplicas y las de todos tus hijos, que María del Carmen te recomienda. Por Jesucristo nuestro Señor.
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