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Cochabamba -S. Antonio



DESDE EL CARMEO TERESIANO EN BOLIVIA

Fr. Armando R. de María

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En este día dedicado a san José obrero al fin ponemos en circulación esta obra del padre Alfonso Ruiz que nos ha permitido editar en Bolvia, sabedor del lo mucho que nos ha ayudado en la promoción voacional, de esto yo mismo soy testimonio de lo útil y práctico que ha sido en la reentación e iniciación al carmelo.

dejamos la pesentación que elmismo no hace de esta edición de 1000 ejemplares, con la portada del nevado Tunari,  cercano a Cochabamba.



A MODO DE PRESENTACION

 

Querido amigo:

 

Para ser fiel al espíritu original con que se escribió este libro que ofrece un manojo de cartas en torno a la historia y la espiritualidad del Carmelo Teresiano, permíteme que añada una nueva como presentación, según me piden, aunque más que carta nueva debiera ser una posdata a las escritas hace ya 25 años.

 

Texto que si aún tiene su valor se debe sin duda primero a lo que cuenta, pues trata de ser un resumen de la espiritualidad del Carmelo que sigue viva ,indemne al paso de los siglos, y luego, a ese mismo género epistolar usado. Porque una carta siempre es un mensaje actual para el que la lee,  por más que haya sido escritas hace tiempos largos.. Y más aún, si como ya se prometía entonces y sigue siendo actual, la carta  entrañable deja de ser un recurso literario para convertirse en algo cercano y familiar, es un mensaje cálido que llega al corazón y ante el que no cabe sentirse indiferente, porque en él  se habla simplemente de lo que uno cree y por lo que  vive.

 

Cuando estas cartas se escribieron, tenía ciertamente cada una de ellas un destinatario anónimo, al que se trataba de amigo por suponerle interesado  en conocer un poco más el Carmelo Teresiano, soñando  el autor con que luego pudiera llamarle hermano, por compartir la misma fraternidad  y vocación dentro del mismo.

 

De ahí que el autor, mientras se acerca a su mayoría de edad  se  siente en verdad  movido a dar gracias a Dios que ha cumplido su sueño con creces. Porque en su ir y venir por esos mundos de Dios, que es también fruto de la herencia andariega teresiana, ha sentido el gozo especial de encontrarse,  con no pocos hermanos  y hermanas con nombre y apellido, que antes fueron el amigo anónimo que leyó la carta, y a instancia ciertamente de la vocación que  es don que sólo Dios reparte, han profesado en el Carmelo.

 

Más aún, el autor ha de confesar con rubor agradecido que ha sentido especialmente ese gozo  en las tierras hermanas y amigas de Bolivia y Paraguay, en las que se  han distribuido profusamente los ejemplares de dos ediciones anteriores. De modo que el recordar y hacer memoria de los nombres de esos hermanos y hermanas alegra su corazón de que allí florezcan ahora las vocaciones, y templa su pesar por esta sequía vocacional, que ahora asola esta orilla de la vieja España. Y mientras sostiene la esperanza de que han de llegar también por acá,  tiempos mejores, por si sirviera de aliento y estímulo a los que han de venir, confiesa y ratifica su gozo de vivir feliz en el Carmelo, desde hace más de cincuenta años.

 

Así que agradezco especialmente  a los hermanos de esas tierras bolivianas que hayan querido no sólo reeditar el libro, sino acomodarlo también a los modismos propios de su lugar, para que resulte un lenguaje más cercano y comprensible. No hace falta decir que  me alegraré con ellos de que el libro tenga muchos lectores y que una buena mayoría  ensanche la fraternidad del Carmelo, que compartimos, ingresando en ella. Y yo me conformaré con que cada lector, primero amigo, luego hermano, rece un avemaría por el autor, que no es mucho pedir, cuando ya santa Teresa,  pedía oraciones para sí, en pago a su trabajo, al escribir el libro de las Fundaciones y Las Moradas.

Gracias, hermanos de Bolivia. A Dios. Quedaos con El. Que El bendiga vuestra labor con nuevas vocaciones. Y hasta siempre.

 

Octubre del 2009

 

 

P. Alfonso Ruiz ocd

Desierto de la Palmas Castellón

 



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