viernes, 19 de abril de 2024

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Cochabamba -S. Antonio



EL ARZOBISPO PEDAGOGO

Fr. Armando de María

FOTOEn estos  festejos de los 200 años de los gritos libertarios de América y como homenaje al año sacerdotal hemos querido sacar esta publicación, con una acertada presentación del librito con la que nos honra nuestro hermano Obispo.

A modo de presentación

 

Hay temas y libros que son oportunos siempre, pero les hay que son necesarios en determinados momentos. Agradezco la iniciativa que ha tenido el P. Armando Sejas ocd, por el hecho de compartir las investigaciones y el estudio que hiciera mediante su tesis de Pedagogía, sobre la figura de un insigne Obispo Carmelita Descalzo y pastor de la Iglesia de Bolivia: José Antonio de San Alberto (1778-1801), Arzobispo de La Plata. Entre las múltiples facetas que se pueden reseñar de este fervoroso pastor fue la preocupación por la “formación de sus sacerdotes” y “la santidad de sus vidas” para ser modelos del Buen Pastor que es Jesucristo.

 

También el Papa Benedicto XVI nos ha invitado a toda la Iglesia, pero especialmente a los sacerdotes, a vivir el “Año Sacerdotal” con motivo de los ciento cincuenta años de la muerte del Santo cura de Ars, Juan María Vianney. Momento privilegiado para descubrir la riqueza de este hombre que desde el anonimato y la sencillez de un pueblecito de la Francia del s. XVIII ilumina y revoluciona a toda una sociedad, y a la vez para fijarnos en la realidad de nuestros sacerdotes de hoy que quieren vivir con entusiasmo y alegría  su ministerio de servicio a un mundo en cambio.

 

El tema de “la Formación Permanente”, será siempre de actualidad, es algo que nos preocupa, pues hoy como nunca, el sacerdote como profesional de las cosas de Dios, tiene que estar preparado para saber mirar el mundo con nuevos ojos, e iluminar las realidades no sólo de la Iglesia, sino de una sociedad que nos desafía y compromete. Aparecida, retomando un texto del Papa Juan Pablo II en su carta NMI, dice a los sacerdotes del continente: “La formación permanente, precisamente porque es “permanente”, debe acompañar a los sacerdotes siempre, esto es,  en cualquier período y situación de su vida, así como en los diversos cargos de responsabilidad eclesial que se les confíe” (A 200)

 

El P. Sejas nos ofrece hoy el testimonio de un hombre que gastó su vida por esta Iglesia nuestra; testimonio de ayer, pero con un mensaje que tiene plena actualidad,  así nos lo cuenta en su libro: “hemos querido releer una figura del siglo XVIII, que en su magisterio pastoral, intuitivamente, se propuso instruir a sus sacerdotes hacia una autentica ‘caridad pastoral’. No descansó un momento en contagiar su pedagogía basada en la caridad y el ejemplo”. Y es que las figuras que han marcado caminos nuevos, como lo hizo este gran Obispo con su libro “Voces del Pastor en el retiro”, son siempre de plena actualidad.

 

La figura de José Antonio de San  Alberto, fiel discípulo de Teresa de Jesús, es uno de esos hombres que no quiso vivir las cosas a medias, con ambigüedades. Le tocaron tiempos difíciles, de cambio, de confrontación, pero es justamente  cuando sabe ubicarse en su centro de pastor que orienta, que anima y acompaña a sus sacerdotes dándoles elementos que les ayuden a ser guía de su pueblo. “La intuición albertiana en el tema de la formación permanente del sacerdote, se basa en la espiritualidad sacerdotal, él no concibe al sacerdote sin una plena identificación con Jesús Buen Pastor, modelo formativo del sacerdote al que esta invitado a imitar. Esta espiritualidad del  Buen Pastor  se configura en las actitudes y virtudes de Cristo Buen Pastor, por tanto, desde esta identificación se explica la fundamentación espiritual de la formación permanente en el sacerdote”.

 

 

 

Les dejo con el libro y con el pastor José Antonio de San Alberto. El autor del libro tiene muchos horizontes que marcar y recorrer en el campo de la espiritualidad, y estamos seguros que lo hará, adelante P. Armando. El pastor nos ha legado abundante literatura que  son verdaderas joyas, entre ellas las “Cartas Pastorales”, y otros libros que hay que estudiar, profundizar y redescubrir, su contribución en éstos y otros campos del saber como la educación, la pastoral y la inculturación del Evangelio, de que tanto hablamos hoy, fueron aportes valiosos para la Iglesia y las la sociedad boliviana.

 

 

                                                                     + Braulio Sáez García

                                                               Obispo Auxiliar de Santa Cruz

      

 







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