Querido P. Provincial: Paz y alegría.

               Antes de acostarme quiero ponerte unas líneas para compartirte la alegría, o mejor las alegrías, que nos está regalando el Señor en estos meses de enero y febrero. Meses de gracia, de gracia abundante, de infinita misericordia divina. Porque no lo merecemos, todo lo que nos ha concedido.

               Ya lo sabes, pero te lo recuerdo, para que  intuyas que estamos viviendo unos días de mucha felicidad: el viaje al noviciado de los cuatro postulantes y su posterior Toma de Hábito; la Profesión simple del  Hº José; la misión en Caazapá, del 3 al 10 de febrero (han vuelto contentísimos y con grandes posibilidades pastorales y vocacionales): el Curso de formación para aspirantes y postulantes del 12 al 15 de este mes (con grande satisfacción de los participantes)... Y estos  dos días extraordinarios: ayer, la Profesión Solemne de la Hª Fabiana Mª, en las Carmelitas Descalzas, y hoy la Ordenación Sacerdotal del Hº  Gilberto. Sobre todo, hoy: impresionante, la multitud de gente y el entusiasmo y alegría con que han vivido la ceremonia; sensacional, Mons. Gonzalo del Castillo con su sencillez, cercanía y carmelitanismo; significativa y profunda, la presencia de  los PP. Benito, Pablo Pavone, César, Gustavo Larrique...  Y el próximo miércoles, día 20, viajamos a Montevideo el P. Flaminio (para  terminar en Florida su tesis de Licenciatura en filosofía), un candidato paraguayo para Hermano, que hará  una experiencia de dos meses en el Noviciado, los tres postulantes uruguayos y un servidor, para estar allí, en una primera etapa,  unos veinte días... y el  día 25, la inauguración oficial del Postulantado para vocaciones uruguayas en el Prado... ¿No es todo esto demasiada gracia?

               Sin duda,  mucha gracia, pero una  gracia que nos  obliga a ser agradecidos y a ser más generosos. A seguir trabajando con más constancia en la promoción vocacional y en la formación de nuestros formandos. Ayúdanos con tus consejos, con tu oración, con tu bendición.  Saludos muy especiales a mis hermanos de la enfermería. Un fuerte abrazo. Felipe