Asunción -Tupa Roga
Asunción, 28 de abril de 2015
En la oración del V Centenario del nacimiento de la Santa Madre, que
rezamos en Paraguay, se termina con estas palabras: ¡Gracias, Padre Santo, por el don de Santa Teresa de Jesús! ¡Gracias,
Madre Teresa, por el don de Chiquitunga!
Desde el primer día que se comenzó a preparar el V Centenario, lo quisimos
fuertemente marcado por la presencia de Chiquitunga, convencidos de que sería
una alegría y beneficio para las dos.
El 28 de abril fue un día de triunfo de la hija, pero todos intuimos
muy feliz y orgullosa a la Madre. Chiquitunga es ya un fenómeno espiritual, religioso.
No sólo en Paraguay. Su fama de santidad y consiguiente Proceso de
Beatificación será siempre una gracia que no se puede medir para el Carmelo
Teresiano en estas tierras. Como sorprendente fue que el Señor regalara al
Carmelo la vocación de Chiquitunga, a los cuatro años de llegar las Carmelitas
Descalzas a Asunción en el 1951.
El 28 de abril celebramos una vez más la Santa Misa recordando la
muerte de Chiquitunga y pidiendo su pronta Beatificación. Lo hacemos todos los
28 de mes, pero el 28 de abril es siempre especial, porque es precisamente el
día de su muerte. Aquel 28 de abril de 1959, a las 4,10 de la madrugada…
Este 28 de abril, 56 aniversario de esa muerte, fue un día deslumbrante
de Chiquitunga. Porque terminada la Santa Misa, las Carmelitas Descalzas
trasladaron la urna de los restos de Chiquitunga del lugar donde yacían, desde
hace años, sepultados en el pequeño muro sobre el que descansa la reja del
coro, a la nueva Tumba. Fue bendecida por Mons. Claudio Giménez, presidente de
la Conferencia Episcopal de Paraguay, a quien acompañaban Mons. Pastor Cuquejo,
arzobispo emérito de Asunción, y Mons. Adalberto Martínez, Secretario de la
Conferencia Episcopal Paraguaya y un buen grupo de sacerdotes y religiosos.
Terminado el rito, comenzaron los devotos de Chiquitunga a pasar por delante de
la urna, ahora perfectamente visible. Así hasta altas horas de la noche…
La nueva Tumba de Chiquitunga tiene su pequeña historia. En la última
semana de noviembre de 2014 estuvo en Asunción el Postulador General de la
Orden, fr. Romano Gambalunga, para informar sobre la marcha del presunto
milagro, atribuido a Chiquitunga, que se está estudiando en Roma y sobre todo
para interiorizarse del caso Chiquitunga. Quedó impresionado, entusiasta,
convencido. Antes de volver a Roma dejó a las Carmelitas Descalzas un consejo u
orientación: tienen que acercar más los
Restos de Chiquitunga a sus devotos, que puedan ver la urna y rezar delante de
ella.
Todo ha sido rápido, porque las Carmelitas Descalzas, juntamente con
los Carmelitas Descalzos y la Secretaría General de la Causa, acogieron la
propuesta con entusiasmo y porque los devotos de Chiquitunga han sido muy
generosos en la colaboración económica.
La Tumba, también la llaman Oratorio, es un proyecto precioso, una
pequeña joya en honor de Chiquitunga, que invita a quedarse en silencio, a
orar… Es obra de la arquitecta María José Chamorro. Las fotos van a decir más
que las palabras.
Una jornada espléndida este 28 de abril, preparada con mucho amor y
esfuerzo por la Secretaría General de la Causa y las dos comunidades, de Madres
y Padres Carmelitas Descalzos, y coronada con un éxito pleno. En todo sentido,
sobre todo espiritual. Baste un dato, bien constatado: hubo una participación
de más de 2.000 personas. De todas las partes de Paraguay, de Argentina, de
Brasil… Muchas comuniones, muchas confesiones, seis sacerdotes confesando y 60
jóvenes voluntarios, para mantener el orden.
Cada día más, para el Carmelo Teresiano de Paraguay, Chiquitunga es
gracia y desafío, bendición y compromiso.
¡Santa Madre Teresa, gracias por el don de Chiquitunga!
Fr. Restituto Palmero, ocd
Secretario General de la Causa