Burgos -Enfermería
Las tres
comunidades que residen en el Teresianum celebraron ayer una misa funeral por el
P. Aniano Álvarez Suárez, quien fue rector de la comunidad de profesores y
"preside" de la Facultad. Presidió
la Eucaristía y el rezo de las vísperas del Oficio de Difuntos Nuestro P.
Vicario General, Agustí Borrell. Predicó el P. Ciro García, quien en la homilía habló de los tres
grandes amores del P. Aniano y sus dos grandes pasiones. Sus amores fueron: el
Carmelo, su Provincia de san Juan de la Cruz de Burgos y el Teresianum; sus
pasiones: la promoción y el acompañamiento de las vocaciones y la investigación
teológico-espiritual. Sus clases, sus libros, las personas que acompañaba
espiritualmente, sus alumnos... son testigos de todo ello.
Al acabar la homilía, el P. Ciro
García hacía una llamada a la esperanza: el P. Aniano ha dado muchas lecciones
en esta vida, decía evocando la carta de respuesta del P. Gabriel Castro,
superior de la enfermería de Burgos, al pésame de la comunidad del Teresianum,
pero la última y más importante la ha dado allí, en la enfermería: lección de
paciencia, de entereza ante el dolor, de confianza, que puede resumirse en esta
frase que dirigió al P. Ciro en su último encuentro: "¡Estamos en las manos de
Dios!" Que Él le haya acogido en su gloria” (el cronista
ad casum).